Volver a empezar...

Ya estoy de vuelta!! Antes de nada, agradeceros a tod@s los mensajes de apoyo, que durante este tiempo he ido recibiendo, aquí en el blog. Aunque en un principio, pensé que regresaría pronto, la verdad es que los días han ido cayendo poco a poco.

Ahora, más de un mes después de cerrar la persiana a mi blog, vuelvo a abrirla con más ganas que nunca. Como podéis ver, he empezado a cambiar la apariencia de la página, aunque es provisional, pues haré más modificaciones.

De ahora en adelante, intentaré ponerme al día con todos los blogs que leo. Pero, paciencia, porque son tantos... jajaja.

Y para comenzar, me gustaría hablaros de algo antiguo, pero que acabo de descubrir a raíz de mi operación. Y no es ni más, ni menos, que la flor que veis a continuación: la rosa mosqueta.

Aunque se presenta en varios formatos, como cremas o lociones, yo la he comprado en aceite. Me hice con un frasquito semi transparente, elaborado por una farmacéutica de mi total confianza, y, el importe fue de 12,00 euros; eso si, las hay hasta 22,00 euros como la de la marca Weleda.

La compré por sus propiedades cicatrizantes, puesto que me han hecho una bonita cicatriz, en un lugar discreto, eso si. Pero de igual manera, me gustaría borrarla todo lo posible, y con este aceite y mucha constancia, llega a hacerse casi invisible.

Posteriormente, he ido leyendo todas sus propiedades y la verdad, es algo a tener siempre en cuenta. Además de ayudar a la cicatrización quirúrjica, cura las rojeces producidas por el acné y las quemaduras de cualquier tipo. Además, se usa para tratar las estrías y la dermatitis atópica. En cuanto a sus propiedades contra el sol, aclara y disminuye las manchas de la piel producidas por este. Además, es muy hidratante, ayudando a borrar las arrugas de expresión y los signos de la edad.

Después de todo esto, ¿quién se resistiría a tener un botecito en nuestro botiquín cosmético?

Adrenalina en estado puro... Vuelta a blogger.